6.04.2017

A la llana y sin rodeos

Hoy el día nos ha dejado una noticia triste y no sólo para la literatura, sino para toda la humanidad, el escritor Juan Goytisolo ha fallecido.
El que entre otros galardones fuera premio Cervantes en 2014, ha muerto en  Marrakech, lugar donde como otros ilustres literatos decidió vivir.
El discurso que hizo con este motivo nos da una idea de la enormidad como escritor y persona de Goytisolo. Podéis disfrutarlo en el siguiente enlace, aunque no puede dejar de incluir aquí algunas de sus frases. 

“Llevo en mí la conciencia de la derrota como un pendón de victoria”, escribe Fernando Pessoa, y coincido enteramente con él. Ser objeto de halagos por la institución literaria me lleva a dudar de mí mismo, ser persona non grata a ojos de ella me reconforta en mi conducta y labor. Desde la altura de la edad, siento la aceptación del reconocimiento como un golpe de espada en el agua, como una inútil celebración. 

Es empresa de los caballeros andantes, decía don Quijote, “deshacer tuertos y socorrer y acudir a los miserables” e imagino al hidalgo manchego montado a lomos de Rocinante acometiendo lanza en ristre contra los esbirros de la Santa Hermandad que proceden al desalojo de los desahuciados, contra los corruptos de la ingeniería financiera o, a Estrecho traviesa, al pie de las verjas de Ceuta y Melilla que él toma por encantados castillos con puentes levadizos y torres almenadas socorriendo a unos inmigrantes cuyo único crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad. 



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