4.20.2021

Las mujeres en la Generación del 27. Concha Méndez

Concha Méndez fue sin duda, una mujer libre y que desarrollo su vida siguiendo sus deseos, y sin tener muy en cuenta las imposiciones que la sociedad trataba de imponer a las mujeres. 


Extracto del artículo publicado el jueves 10 de mayo de 2018 en «Artes & Letras», suplemento cultural de Heraldo de Aragón. Aquí podéis descargar el artículo en PDF

«Cada vez que me pongo seria, siento que me está saliendo bigote y me digo: ¡Qué barbaridad!»  Concha Méndez (Madrid, 1898 - Ciudad de México, 1986) fue una barbaridad de mujer: poeta, editora, impresora, viajera, campeona de natación, una de las fundadoras del Lyceum Club y de las primeras mujeres que provocaron quitándose el sombrero.

Mantuvo un noviazgo con Buñuel que duró siete años. El cineasta, que le regalaba insectos y ratones blancos, la dejó al margen de su vida en la Residencia de Estudiantes pero ella no lo necesitaba: quiso conocerlos y llamó a Lorca presentándose como «la novia desconocida de Buñuel». Su mundo se transformó cuando escuchó al poeta granadino recitar en el Retiro; esa misma noche escribió sus primeros versos. En 1926 publica Inquietudes («un prodigio de intuición femenina» según Ernestina de Champourcín), al que seguirán Surtidor, Canciones de mar y tierra, Niño y sombras, Poemas. Sombras y sueños y otros veinte poemarios y obras de teatro. «Y ahora, entre tanta gente putrefacta con quien trato, mi consuelo es escribir y pensar en vosotros (...) Verdaderamente, sois lirios entre el fango», escribiría a Federico.

Viajó a Londres y a Argentina en una época en la que era insólito que una mujer fuera sola a la vuelta de la esquina. De nuevo en Madrid, Lorca le presenta a Manuel Altolaguirre y pronto Concha le ofrece comprar una pequeña imprenta que instalan en una habitación del hotel Aragón. Él hacía el trabajo tipográfico y ella, vestida con un mono azul de mecánico, hacía girar la imprenta que alumbró la revista Héroe, donde publicaron los mejores poetas de la Generación del 27. Juntos editarían, entre otras, Poesía, Caballo verde para la poesía, 1616, La Verónica y obras emblemáticas como El rayo que no cesa de Miguel Hernández, Primeras canciones de Lorca o La realidad y el deseo de Cernuda.

En 1932 Méndez y Altolaguirre se casan, lo que supone un escándalo pues ella era siete años mayor. Sus testigos son Juan Ramón Jiménez, Cernuda, Lorca, Moreno Villa, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén y Morla Lynch. Con la llegada de la guerra se exiliaron, primero en Cuba y después en México, de dónde ya sólo volvieron de visita.

La vida de esta mujer enorme no cabe en un artículo, pero sí en sus preciosas Memorias habladas, memorias armadas (Ed. Renacimiento). Unas memorias habladas, deliciosas, imprescindibles.

https://www.rtve.es/lassinsombrero/es/webdoc/las-mujeres/concha-mendez

Nadadora
Mis brazos:
Los remos.
La quilla:
Mi cuerpo.
Timón:
Mi pensamiento.
(Si fuera sirena,
mis cantos
serían mis versos.)
Concha Méndez

Los mapas de la escuela,
todos tenían mar,
todos tenían tierra.
¡Yo sentía un afán
por ir a recorrerla!...
Soñaba el corazón
con mares y fronteras,
con islas de coral
Y misteriosas selvas…
Soñaba el corazón…
¡Oh, sueños de la escuela!
 Concha Méndez
 

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